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miércoles, 25 de mayo de 2016

EL PAPEL DE LA MUJER GITANA EN LA SOCIEDAD 3 - Rocío Calcerrada

La sociedad en la que vivimos está cargada de prejuicios y estereotipos que generan grupos de población segregados y discriminados, como es el caso de la comunidad gitana. Otro gran grupo afectado por la exclusión en nuestra sociedad, es el de las mujeres. Por lo tanto, las mujeres pertenecientes a la población gitana, tienen que enfrentarse a una mayor discriminación. 

Actualmente, seguimos encontrando en nuestra sociedad restos de etnocentrismo, desvalorizando en muchas ocasiones a las demás culturas y posicionando la nuestra por encima. Como se ha visto en anteriores post, el rechazo que se muestra a diferentes culturales, en este caso a la comunidad gitana, tiene que ver con la información valorativa. Esta información repleta de juicios de valor y prejuicios, se contagia de manera muy fácil a través de múltiples canales como pueden ser la televisión, Internet, la escuela, la familia, etc. Estos rasgos culturales de tipo valorativo que nos han sido transmitidos constituyen nuestros valores culturales (J. Mosterín, 1993). Por lo tanto, podríamos decir que la cultura de un individuo está configurada a partir de prejuicios y estereotipos transmitidos de unos a otros, que darán lugar posteriormente al rechazo y la discriminación de lo diferente.


La cultura de un individuo está sometida a continuo cambio. Cada día aprendemos y olvidamos algo, es decir, adoptamos y rechazamos algún meme, por lo que nuestros valores van cambiando (J. Mosterín, 1993). Gracias a esto, poco a poco en nuestra sociedad, los individuos parecen más conscientes de los prejuicios que nos van transmitiendo, por lo que es más fácil evitar los juicios de valor hacia los demás.


Para progresar en la integración de la mujer gitana en nuestra sociedad, es necesario intervenir en los ámbitos donde sufren más exclusión, como es en el caso de las instituciones educativas. Para ello, se proponen factores superadores que pueden contribuir a superar las barreras de discriminación en las escuelas (A. Ayuste y M. Payá, 2004):    
  1. Facilitar el diálogo entre la cultura hegemónica y las otras culturas. Con ello se contribuye a visibilizar las aportaciones de los grupos tradicionalmente ignorados y a motivarlos para que hagan uso de su propia voz para exponer sus necesidades e intereses.
  2. Incluir referentes y aspectos de la cultura gitana en la organización escolar y en los contenidos educativos.
  3. Incentivar la participación de las familias gitanas en la vida de las instituciones educativas.
  4. Incrementar los recursos humanos, tecnológicos y materiales dentro del aula para que no se sientan diferentes y puedan acelerar su proceso de aprendizaje. No apartarlas en aulas especiales.
  5. Basarse en un enfoque caracterizado por las expectativas positivas acerca del logro, los aprendizajes y la confianza en la capacidad de las alumnas. Partir de sus aptitudes y habilidades, éxitos y avances, y no de supuestas limitaciones o dificultades. Cuando las niñas se sientan valoradas y comprendan el sentido que tiene aquello que están aprendiendo, mostrarán mucho más interés por la escuela y mejorarán sus resultados.

Otro de los ámbitos donde es necesario intervenir para promover la inclusión de la mujer de origen gitano, es en el entono laboral y puede llevarse a cabo a través de estas propuestas (C. Domínguez, A. Flecha y M. Fernández, 2004):
  1. Reconocimiento de habilidades y competencias adquiridas en contextos informales como son la autogestión, la capacidad de organización, el trato con las personas o el trabajo en red. Estas habilidades se corresponden con muchas de las demandas en el actual mercado de trabajo, por lo que  si se valoran dejando a un lado la etnia y el género, estas mujeres tendrían más facilidades para encontrar trabajo.  
  2. Incorporar las voces de las mujeres gitanas en un plano de igualdad en el diseño de las propuestas de intervención.
  3. Crear programas de formación para el empleo para adquirir esos conocimientos que piden en las empresas y que muchas de las mujeres no tienen por haber dejado la escuela a una temprana edad.

De esta forma, las mujeres se convierten en un motor de cambio y transformación de su propia comunidad compartiendo con otras mujeres el objetivo de conseguir más igualdad respecto a los hombres gitanos (C. Domínguez, A. Flecha y M. Fernández, 2004).

Es importante también intervenir desde el Trabajo Social. Por ello, la Universidad de Jaén propone una profundización en el conocimiento de cuestiones unidas a diferencias culturales, étnicas e interrelacionales. Es necesario comprender esto para mejorar la situación social de marginación hacia la que se han de dirigir los programas de integración. Para adquirir de forma más eficaz el conocimiento, no basta con atender a la burocracia, si no que hay que dejar esto a un lado y convivir con las personas (M.J. Esparcia, 2009).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Ayuste, A. y Payà, M. (2004). Mujer gitana y educación: un camino hacia los Derechos Humanos. Encounters on Education,(5), 101-124.
Domínguez, C., Flecha, A. y Fernández, M. (2004). Mujeres gitanas y mercado laboral: mecanismos para superar su triple exclusión. Lan Harremanak, 11(2), 81-93.
Esparcia, M. J. (2009). Mujer gitana e integración. Anales de Historia Contemporánea, (25), 213-231.
Mosterín, J. (1993). Filosofía de la cultura. Madrid: Alianza Editorial. 

martes, 24 de mayo de 2016

EL PAPEL DE LA MUJER GITANA EN LA SOCIEDAD 2 - Rocío Calcerrada

En los últimos años, las mujeres gitanas están siendo protagonistas de grandes cambios, tanto en la sociedad como dentro de su comunidad, con el fin de acabar con la triple exclusión a la que se enfrentan (C. Domínguez, A. Flecha y M. Fernández, 2004).  

La evolución en la sociedad comenzó en el año 1990 con la creación de la Asociación Romí, la primera asociación de mujeres gitanas en España. En este mismo año, una mujer gitana fue elegida presidenta de la Asociación de Promoción Gitana de Zaragoza, significando esto el inicio del camino hacia la integración de las mujer de esta etnia.  Otro hecho destacado ocurrió en 1999, cuando varias mujeres gitanas decidieron alzar la voz y construir la Federación Nacional Kamira con el objetivo de reivinidicarse a sí mismas (M.J. Esparcia, 2009).

Estos avances, llevados a cabo siempre por las mujeres, necesitaron en todo momento el consentimiento del hombre de la familia y en muchas ocasiones, luchar con la oposición de ellos. Estas mujeres están dispuestas a salir adelante completando su vida con formación moderna para acabar con su discriminación, pero sin olvidar sus costumbres y respetando siempre la figura del hombre (M.J. Esparcia, 2009).   

La cultura en algunos casos es contraproducente (J. Mosterín, 1993) y en la comunidad gitana podemos observar como ocurre eso. Las mujeres desean progresar y dejar de estar subordinadas al hombre para ser independientes. Los hombre se oponen a esto y las mujeres, debido al meme cultural de respeto al hombre en su cultura, frenan el progreso de evolución. Por lo tanto, si la actitud de los hombres no cambia respecto al desarrollo de la figura de la mujer en su cultura y en la sociedad, es muy difícil que consigan acabar con su exclusión.  

La Federación Nacional Kamira lucha por el cambio de actitud de estos hombres. Las mujeres pertenecientes a esta unión, lo hacen promoviendo la escolarización de las niñas y los estudios universitarios, para que puedan trabajar y mejorar sus condiciones de vida (M.J. Esparcia, 2009). Reivindican esto rechazando el deseo que los hombres de familia suelen tener de que sus hijas formen familias extensas a edades muy tempranas y se conviertan en “mujeres de bien”.  También, demandan el derecho a conseguir el carné de conducir y charlas d sensibilización y prevención en el entorno familiar para conseguir que las mujeres no tengan que estar toda su vida teniendo hijos desde que son muy jóvenes (M.J. Esparcia, 2009).  
Alejandra Barrull, primera estudiante de origen gitano en la Universidad de La Coruña. 
A pesar de los cambios que se están consiguiendo y la puesta en marcha de nuevos proyectos contra la exclusión, todavía queda mucho camino por recorrer. Aún es muy elevado el porcentaje de niñas gitanas que no continúan formándose tras acabar la enseñanza obligatoria, encontrándonos con un 90% de abandono al finalizar este ciclo. Además, las mujeres gitanas son las que presentan mayor tasa de desempleo. También, podemos ver que muy pocas mujeres gitanas ocupan puestos de responsabilidad en política por ejemplo, y en las asociaciones los casos son muy reducidos (M.J. Esparcia, 2009).

Otra cuestión importante es la esperanza de vida de las mujeres gitanas, estipulada en diez años menos que en el resto de la población española (M.J. Esparcia, 2009). Según F. Macías y G. Redondo (2012), el desigual acceso al sistema sanitario es la causa de ello. Es habitual que se las culpabilice por no querer visitar las consultas médicas. Sin embargo, no se tiene en cuenta la discriminación que sufren en este ámbito, sobre todo en países europeos del Este, por no tener documentación y su situación de pobreza. A estas mujeres o se les rechaza la asistencia médica o se las deriva a centros segregados donde las atienden de una manera discriminatoria (F. Macías y G. Redondo, 2012). Podemos ver un ejemplo de esto en el Informe Anual publicado por la Fundación de Secretariado Gitano en 2014. En Alicante, una estudiante en prácticas en un hospital, observó como las enfermeras rechazaban asear a una paciente gitana. Mientras lo hacía ella, una auxiliar ya titulada que la ayudaba le dijo “me salgo porque me da asco limpiarla”. Sin embargo, la mujer no mostraba ningún signo de falta de higiene (FSG, 2014).  Casos como este se dan a diario, por lo que es normal que no quieran acudir al médico cuando enferman y no podemos culpabilizarlas por ello.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Domínguez, C., Flecha, A. y Fernández, M. (2004). Mujeres gitanas y mercado laboral: mecanismos para superar su triple exclusión. Lan Harremanak, 11(2), 81-93.
Esparcia, M. J. (2009). Mujer gitana e integración. Anales de Historia Contemporánea, (25), 213-231.
FSG. (2014). Una Década de trabajo por la igualdad: 1073 casos registrados. Madrid: Fundación Secretariado Gitano.
Macías, F. y Redondo, G. (2012). Pueblo gitano, género y educación: investigar para excluir o investigar para transformar. RISE - International Journal of Sociology of Education, 1(1), 71-92.
Mosterín, J. (1993). Filosofía de la cultura. Madrid: Alianza Editorial. 

EL PAPEL DE LA MUJER GITANA EN LA SOCIEDAD 1 - Rocío Calcerrada

Las mujeres gitanas se encuentran en una especial situación de vulnerabilidad, enfrentándose a una triple exclusión (C. Domínguez, A. Flecha y M. Fernández, 2004):

En primer lugar, nos encontramos una discriminación por su etnia. Estas mujeres pertenecen a uno de los colectivos más afectados por la exclusión, siendo esto resultado de un proceso histórico de segregación, racismo y estereotipación de esta cultura (F. Macías y G. Redondo, 2012). Después de más de seis siglos de convivencia en España y en Europa, siguen siendo víctimas de persecuciones físicas, culturales y políticas (C. Domínguez, A. Flecha y M. Fernández, 2004).  Esta discriminación, es causa de los prejuicios y estereotipos que pesan sobre esta comunidad, creando una imagen social negativa y errónea de ella. Es difícil acabar con esta información valorativa tan contagiosa, dado que está muy arraigada en nuestra sociedad y además, es potenciada por los medios de comunicación (FSG, 2014). No solo estos medios alimentan los prejuicios hacia los gitanos. Vemos también, en el mismo diccionario de la Real Academia Española, como los definían hasta el año 2015, con connotaciones negativas aplicándoles el término “trapaceros”, que significa “que con astucias, falsedades y mentiras procura engañar a alguien en un asunto” (RAE, 2016).

La segunda exclusión a la que se enfrentan las mujeres gitanas, es a la discriminación por género. El hecho de ser mujeres, las acerca a una situación desigual respecto a los hombres (C. Domínguez, A. Flecha y M. Fernández, 2004). Esta diferenciación, la sufren en primer lugar dentro de su comunidad, donde nacen con un con un papel asignado de subordinación al hombre. Primero a su padre y hermanos; cuando se casa, a su marido. Además, desde que son niñas colaboran en las tareas del hogar y en el cuidado de los más pequeños (M.J. Esparcia, 2009). Esta adquisición de memes culturales, la hacen a través de aprendizaje social en forma de imitación y enseñanza. El sexismo, el racismo, el patriarcado y las desigualdades económicas interaccionan provocando sistemas de subordinación y estructuras de desigualdad, donde las mujeres están más perjudicadas que los hombres (F. Macías y G. Redondo, 2012).

La tercera razón de exclusión hacia estas mujeres, es por la falta de formación académica. Pertenecen a una cultura de antigua transmisión vertical oral donde apenas tienen acceso a una cultura virtual con soportes de información externos. Por lo tanto, la comunidad gitana tradicionalmente no ha accedido de forma mayoritaria al mundo de la academia y se han ido incorporando al sistema educativo de manera global en los últimos años (C. Domínguez, A. Flecha y M. Fernández, 2004, p. 85). Esta causa, junto a lo que se las inculca desde pequeñas, sobre el desempeño del rol de mujer tradicional como ama de casa, provoca probablemente que en muchas ocasiones las mujeres no acaben ni siquiera la educación obligatoria para dedicarse a las labores del hogar.

Son varios los ámbitos donde las mujeres sufren estas discriminaciones y uno de los más destacados es el ámbito educativo, lugar en el que encontramos segregación del alumnado gitano. Es frecuente que a las niñas gitanas en las escuelas, las concentren en un aula diferente a la del resto, argumentando las instituciones a favor de esto, que es para que aprendan a su ritmo porque “les cuesta más” o “se tienen que adaptar” (F. Macías y G. Redondo, 2012). Se puede observar con esto, la escasa valoración positiva respecto a los logros académicos y la poca confianza en las capacidades de estas alumnas (A. Ayuste y M. Payá, 2004). Con ello, se consigue la desmotivación de las niñas y como consecuencia, un absentismo escolar a una temprana edad. Esto les supone una reducción de las posibilidades de conseguir los niveles mínimos educativos y posteriormente efectos negativos en la precariedad laboral y el desempleo (F. Macías y G. Redondo, 2012).  

En el ámbito donde más se refleja la exclusión de las mujeres gitanas, es en el mercado laboral (M.J. Esparcia, 2009). Estas mujeres son discriminadas por una falta de formación académica y apenas encuentran trabajo. Sin embargo, a la hora de adquirir esa formación en las escuelas, hemos visto que se encuentran barreras que las imposibilitan adquirir la educación necesaria. A esto se le suma, la dificultad a la que se tienen que enfrentar por sus rasgos físicos característicos de su origen étnico, con numerosos y negativos estereotipos. En nuestra sociedad, la imagen tiene gran relevancia en los puestos de trabajo y por ello, a las mujeres gitanas con los rasgos de su comunidad más marcados, les es más costoso ser contratadas para un puesto de trabajo (C. Domínguez, A. Flecha y M. Fernández, 2004).

En el Informe Anual de Discriminación y  Comunidad Gitana, publicado en 2014 por la Fundación de Secretariado Gitano, se recogen casos en los que mujeres gitanas han sido contratadas en empresas privadas sin aparentar en un principio rechazo. Sin embargo, si en el establecimiento donde trabajan se cometían robos, eran las primeras acusadas de cometer el delito. En otros casos, si eran dadas de baja por problemas de salud, ponían esto en duda alegando falta de ganas por trabajar. En algunas ocasiones, eran rechazadas desde el primer momento al observar su apariencia física o ver que provenían de un programa de reinserción laboral de la comunidad gitana (FSG, 2014).

Los estereotipos y prejuicios sociales hacia la mujer gitana, hacen que estén en riesgo de exclusión y encuentren barreras en los diferentes ámbitos sociales como son la escuela, la salud, la vivienda y sobre todo, el mercado laboral.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:


Ayuste, A. y Payà, M. (2004). Mujer gitana y educación: un camino hacia los Derechos Humanos. Encounters on Education,(5), 101-124.
Domínguez, C., Flecha, A. y Fernández, M. (2004). Mujeres gitanas y mercado laboral: mecanismos para superar su triple exclusión. Lan Harremanak, 11(2), 81-93.
Esparcia, M. J. (2009). Mujer gitana e integración. Anales de Historia Contemporánea, (25), 213-231.
FSG. (2014). Una Década de trabajo por la igualdad: 1073 casos registrados. Madrid: Fundación Secretariado Gitano.
Macías, F. y Redondo, G. (2012). Pueblo gitano, género y educación: investigar para excluir o investigar para transformar. RISE - International Journal of Sociology of Education, 1(1), 71-92.
Real Academia Española. (2016). Ortografía de la lengua española. Madrid, España: Planeta. (Disponible en www.rae.es). 

miércoles, 4 de mayo de 2016

POST 3

La elaboración de anteriores post, ha sido llevada a cabo a través de investigación bibliográfica. Sin embargo, en esta entrada, hemos decido innovar en la metodología realizando entrevistas a tres personas que conocen de primera mano el tema de la adopción homoparental y la homosexualidad. El uso de este método, tenía como objetivo conseguir datos primarios y experiencias personales que nos aportasen una información más transparente y real sobre el tema.

Como hemos podido observar en los anteriores post de este blog, el meme cultural de la familia está evolucionando. A pesar de que existen leyes que protegen y defienden los nuevos núcleos familiares que se están formando, en muchos casos se encuentran marginados por la falta de aceptación social y la defensa de las familias tradicionales como único modelo. Esto nos lleva a la conclusión, de que el desarrollo de este tipo de leyes se encuentran por delante del desarrollo de la sociedad, por lo que hay que llevar a cabo un mayor esfuerzo de concienciación. 

Consideramos que esta exclusión es dolorosa para los nuevos modelos de familias, ya que se ven obligadas a vivir al margen de la sociedad y en muchas ocasiones, a cortar lazos con su familia. De hecho, es una práctica habitual que las parejas del mismo género que quieren adoptar en países extranjeros, se vean forzadas a que solo un miembro de la pareja empiece el proceso como persona soltera para no sufrir esta discriminación. Como ejemplo de ello, contamos con el testimonio de la integrante de una pareja homosexual que tuvo que acudir a esta práctica para poder adoptar en Rusia. La entrevistada nos cuenta, que el hecho de recurrir a esto, implica ocultar durante todo el proceso no solo su sexualidad, sino también a la otra parte de la pareja que formará parte de la familia del niño. 


Por otro lado, hemos podido observar críticas a la crianza que pueden llevar a cabo dos padres o dos madres, ya que aseguran que  pueden no estar preparados para educar bien a estos niños, razón por la cual deben pasar por procesos sociales exhaustivos. Sin embargo, tras las entrevistas y la investigación realizada, podemos ver como las personas que forman estas familias reivindican que tienen las mismas capacidades de criar a un niño, a pesar de que no es fácil en ningún caso.

En la investigación que hemos llevado a cabo, hemos constatado que en la mayoría de los casos, se tiene en cuenta la voz de muchos ámbitos de la sociedad, desde los religiosos hasta los médicos. Sin embargo, es muy débil todavía, la voz de las personas que han sido criadas en estas familias, que son los verdaderos afectados. En este blog, hemos podido ver algún vídeo con testimonios de hijos de padres homosexuales, pero en esta ocasión hemos querido contactar personalmente con un joven de dieciocho años criado en una pareja de mujeres. El objetivo del encuentro, era conocer su propia opinión y no la que ofrece su entorno o la sociedad. En la entrevista, este chico español de origen ruso, nos manifestó que nunca se había sentido diferente ni discriminado en ningún momento por tener dos madres, como afirmaban estudios que hemos visto. Además, el joven consideraba a su familia como otra cualquiera y no había sentido nunca el deseo de tener un padre y una madre, tal y como están compuestas la mayoría de las familias. 


Hemos analizado estudios que indicaban que España era uno de los países menos homófobos del mundo. Sin embargo, en respuesta a ello, al entrevistar a un activista defensor de los derechos del colectivo lgtb, nos comenta que las microhomofobias siguen estando muy presentes en nuestra sociedad, afectando a cuestiones de lenguaje, de educación, y sobre todo en la falta de aceptación y normalización de estas personas. Según nos indica el entrevistado, ahora mismo la lucha no está en evitar las grandes discriminaciones, sino las más pequeñas. Por ello,  reclama la necesidad de llevar a cabo en todos los ámbitos, ejercicios de visibilización para facilitar el desarrollo y la normalización de la inclusión de nuevos modelos familiares.

No se está pidiendo que se acepte a estas familias en una igualdad homogénea, sino que haya una igualdad capaz de respetar las diferencias. Seguimos viendo lo diverso como una amenaza y se castiga a aquel que vive como quiere vivir. Nos encontramos todavía en una sociedad opresora que no asume la variedad, por lo que llevar esta igualdad a cabo es un gran reto en la actualidad. 

jueves, 7 de abril de 2016

POST 2

Actualmente, estamos en un momento de cambio en el que se están rompiendo con las viejas tradiciones y valores socioculturales, pero en el que no hemos aceptado con totalidad estos últimos cambios. Es por esto, que en algunos de los memes culturales más importantes y arraigados, como es la familia, se produce una fuerte resistencia al cambio.

Diversos autores, se han dedicado a averiguar las consecuencias negativas que tiene para la sociedad la creación de familias homoparentales. Los argumentos en contra que presentan, son principalmente tres: 

1.       Según Benigno Blanco, presidente del Foro de la familia, los hombres pueden ser buenos padres, pero ninguno de ellos puede hacer el papel de madre, y con la adopción se busca dar al menor lo que tenía y perdió: un padre y una madre. Según A. de Miguel y Mercedes Valcarce (cit. en Eva Buil, Estrella García-Rubio, Montse Lapastora y Marian Rabasot, 2004), al tener una figura materna o femenina ausente, provoca en los niños un déficit en la identidad sexual y el menor tiene derecho a esto para configurarse con normalidad psíquica y social, en el contexto varón-mujer propio de la especie humana.
Contrario a esto, encontramos que el menor, en la mayoría de los casos puede disponer de otras figuras de apego importantes en su desarrollo evolutivo (abuelo/a, tío/a, amigo/a...), con las que establecer una identificación sexual. Además, actualmente se tiende a una división menos tajante de los roles femenino y masculino, porque hay un mayor grado de flexibilidad y de superposición, para intentar encaminarnos a una sociedad más andrógina y más actual. Por lo tanto, podríamos decir que el meme cultural de género está evolucionando. También, si eso que afirman fuera verdad, lo mismo ocurriría con las familias monoparentales y según un estudio de Santrok en 1977, no ocurre así (Eva Buil, Estrella García-Rubio, Montse Lapastora y Marian Rabasot, 2004). 



2.       Según un informe del Foro de la Familia, las parejas homosexuales son más inestables y duran menos que las homosexuales. Por lo tanto, no pueden ofrecer a un niño adoptado esa estabilidad familiar y emocional que necesita para su correcto desarrollo. Esta creencia es apoyada también, por la senadora de Chile y militante del partido Unión Democracia Independiente, Jacqueline van Rysselberghe.

Sin embargo, encontramos datos en el INE que indican que en el año 2013 contrajeron matrimonio 3.071 parejas homosexuales y se divorciaron 542, lo que supone un 17,65% de divorcios en ese año de este tipo de parejas. Si lo comparamos con los datos de las parejas heterosexuales, encontramos que hubo 153.375 matrimonios frente a 94.885 divorcios, lo que supone un 61,86%, un dato superior al de parejas homosexuales.


3.           Todos los tratados internacionales suscritos por España en materia de adopción, así como la Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, afirman que la adopción debe inspirarse en el principio de primacía y defensa del interés del menor. Por ello, A. de Miguel y Mercedes Valcarce, (cit. en Eva Buil, Estrella García-Rubio, Montse Lapastora y Marian Rabasot, 2004) se basan en la importancia del derecho del menor a ser adoptado y no el de adoptar de los padres. Consideran que la adopción por parte de parejas homosexuales  no es una forma de dar un niño a unos padres, sino una forma de dar a unos padres un niño para satisfacer su deseo de tener un hijo.


En contra de este pensamiento, encontramos que la Academia Americana de Pediatría, la institución de referencia acerca de los intereses del menor, apoya la adopción por parte de familias homoparentales. Realizaron un estudio en el que argumentaban su posición diciendo que con estas familias se reduce el fracaso escolar.  En los resultados, se veía que el promedio de las calificaciones es superior al del resto de niños. Las cifras más altas se corresponden con los niños criados por lesbianas, cuya media sobre cinco se sitúa en 2,9 frente al 2,65 del resto. Además de esto, indican que la educación proporcionada por padres del mismo sexo es más tolerante y abierta. Basándose en un estudio publicado en el American Journal of Orthopsychiatry, la declaración política de la AAP, sostiene que dos de cada tres niños criados con padres del mismo sexo, tienden a tener más empatía por el prójimo que la media y se sienten mucho más libres e independientes a la hora de perseguir sus intereses.



miércoles, 16 de marzo de 2016

POST 1

Las familias homoparentales son nuevos modelos de familia surgidos en las sociedades occidentales, donde uno o varios menores se incorporan en el seno de una pareja homosexual (Alberto Barrios, 2012).

Esta novedosa estructura familiar, está dando origen a numerosos debates en los que se cuestiona la capacidad de las madres y los padres de educar a los menores. Sin embargo, existen testimonios de personas que han sido criadas por parejas homosexuales donde afirman ser una familia totalmente normal como otra cualquiera y que el hecho de tener dos padres o dos madres no les afecta en su educación.
Un claro ejemplo de ello es Zack Wahls, un estudiante de ingeniería de 19 años hijo de dos mujeres. Él contó su experiencia frente a la Cámara de Representantes de Iowa, en Estados Unidos, donde se debatía una enmienda para abolir el matrimonio homosexual. Zack afirmó que su educación escolar no se vio afectada. Tuvo excelentes notas en selectividad, le iban bien los estudios en la universidad y es dueño de una empresa. Por eso, defendió que su familia no era diferente a las demás y pedía que se les tratase legalmente de la misma manera.



Terece Uphorff, un holandés de 13 años, hizo una canción en la que cuenta como es su día a día con sus dos padres y lo orgulloso que se siente de formar parte de su familia. 


Otra de las dificultades a las que se enfrenta un matrimonio del mismo sexo a la hora de crear una familia, es que apenas tienen posibilidades de adoptar menores extranjeros. Esto es porque casi todos los países de procedencia de dichos menores, suelen limitar las adopciones únicamente para matrimonios de un hombre y una mujer o personas solteras por la falta todavía de aprobación legal y aceptación social. Como ya habíamos comentado en la presentación, son solo 25 los países en todo el mundo los que aceptan legalmente la adopción de homosexuales.
Según una encuesta realizada por Pew Research Center en 2013, solo 6 de cada 100 españoles piensa que el matrimonio homosexual es inmoral. Por lo que nuestro país resultó ser el menos homófobo de la lista de 40 países en los que se realizó la encuesta.

España fue el primer país que estableció la igualdad total en lo relativo a la adopción y el matrimonio para las parejas del mismo sexo con la Ley 13/2005. Por entonces, en Holanda y Bélgica aceptaban el matrimonio homosexual, pero seguían limitando la adopción. 



Esta aceptación legislativa en España, no se traduce en una aceptación social totalitaria. Sigue existiendo gente que rechaza a los homosexuales y la idea de que formen una familia. Según una investigación del profesor Santiago Agustín Ruiz, el 40,9% de las familias homoparentales estudiadas, había recibido comentarios ofensivos por parte de su propia familia y el 8,5% había roto todas las relaciones con ella. Frente a esto, tenemos solo el 12,7%  víctimas de agresiones verbales en el entorno social. Tras este resultado, podría concluirse que a los españoles sigue costándonos más aceptar la homosexualidad en el seno de la familia que en nuestro entorno social.



viernes, 4 de marzo de 2016

PRESENTACIÓN

Bienvenid@s al blog de Rocío Calcerrada y Mylena García. 

En los siguientes post hablaremos de la adopción por parte de parejas homosexuales. Puede parecernos que la lgtbfobia es cosa del pasado y que los derechos de todas las personas independientemente de su sexo, credo, religión, etnia u orientación sexual están garantizados. Sin embargo, actualmente solo 25 países de los 196 reconocidos en el mundo, un 13% del total, ha aprobado legal y totalmente la creación de una familia por parte de este tipo de parejas. Esto ha ido surgiendo desde el año 2000, momento en el que Holanda dio el primer paso aprobándolo y creando jurisprudencia a nivel mundial.

Es importante resaltar que incluso en los países en los que ha sido aprobado, como el nuestro, es constante escuchar voces que se pronuncian a favor y en contra de la situación.

El hecho de que sea un fenómeno reciente, que involucra de manera directa o indirecta a toda la población y que es un debate que está abierto, es lo que nos ha hecho elegir este tema. Por ello, lo analizaremos intentando comprender las distintas dimensiones que abarca el problema, sus pros y sus contras.